A mí, esto de ser emprendedora en taxiandwin.com me vino un poco de rebote. Y lo de ser «emprendedora verde» en cleantec.es, más aún. Imagino que era la evolución natural de mi legendario culoinquietismo y de mi eterna necesidad de (o capacidad para, llamalo como quieras) hacer ochenta mil cosas a la vez.
Florecen Startups Weekends, iWeekends y Green Weekends en estas semanas, y me recordó a mis inicios.
No soy ninguna experta, pero como opinar es gratis, no me resisto a daros unos tips que aprendí en la corta experiencia que llevo:
– Business plan sí, business plan no: No hay ningún lo-que-sea-Weekend que se precie sin un canvas lleno de postits de colores. Imprescindible para ir poniendo en orden ideas, reevaluar, mover los papelitos de sitio, desecharlos, poner unos nuevos. Es cómo nuestro proyecto va tomando forma. Y una vez lo tengas más o menos claro, business plan. El business plan no es más que la guía que te ayuda a poner en orden todas las líneas de negocio, el plan financiero, el de márketing… Vamos, algo así como el manual de instrucciones. Yo, que soy anárquica y funciono por el método científico (ensayo y error), no le hago mucho caso a nuestro BP, pero es imprescindible para acceder a financiación (al menos, pública). Por tanto, el dilema «BP sí, BP no», en mi caso, no es ni dilema.
– Resilencia y adaptabilidad: Dos conceptos con los que estamos muy familiarizados en el mundo ambiental. Y que viene como un guante para las startups: si tu idea y tu equipo no son capaces de soportar los golpes que te impone el ecosistema, estás muerto. Pero si no adaptás equipo e idea con facilidad, también. En el equilibrio está la clave. Ojos, oídos y mente bien abiertos para pillar oportunidades al vuelo e incorporarlas sin pestañear.
– Walking dead: Querido emprendedor novato, fue un placer haberte conocido. Durante una temporada, tu vida será tu proyecto. Tus amigos se olvidarán de tu cara, te soltarán perlitas con recochineo en plan «bueno, a ver cuándo haces un hueco en la agenda para tomarnos un café, ¿no?», tus gatas se multiplicarán por 4 porque no tendrás tiempo ni fuerza para barrer la casa, tu lap, tablet y smartphone serán una extensión de tu cuerpo, la cabeza no parará de darte vueltas perpetrando nuevas ideas. Tu proyecto lo es todo. Pero, ojo, que el cuerpo tiene un límite, y la paciencia de nuestro entorno también. Dedicate tiempo. Salir a tomar un café con amigos, te lo aseguro, es tan provechoso como necesario. Despejar la mente para tener más enfoques. Un must.
– Persevera y tr… Y persevera. Y persevera. Y persevera, y…: Tenés una idea. Tenés un equipo. Tenés apoyo de tus amigos. Tenés apoyo de tu pareja. Tus gatas aceptaron que el mejor lugar de la casa para que les prestes atención es el teclado del portátil. Está todo genial. Llevás unos meses dándole forma a tu startup, vas consiguiendo pequeños logros (algún acuerdo con un partner, alguna presencia en el periódico o tele local, dar de alta todos los papeles sin tener que hacer 100000000000 visitas a los distintos organismos implicados… Ese tipo de cosas, ya sabés). Pero también aparecen reveses. Y el cansancio empieza a hacer mella. Pero sabías que no iba a ser fácil, estás preparado para que haya cosas que salgan mal. Estás preparado para que casi todo salga mal. Porque mi idea y mi equipo molan, creo en ellos a pies juntillas, y lo vamos a sacar adelante. Así que, seguís perseverando. Y el cansancio se sigue acumulando. Las pequeñas victorias dan fuerza, pero el cansancio se siiiigue acumulando. Pero tranqui, que esto es como el camino de Santiago: te saldrán ampollas, se te agarrotarán los músculos, caminarás con desconocidos que te comprenderán como nadie, porque también ellos están en tu misma situación, se te llenarán los pies de barro, apretarás el cinturón, llevarás en tu equipaje lo mínimo imprescindible para no tener cargas extras. Mirarás hacia atrás y verás que has recorrido un largo trayecto y, de repente… Y de repente se te acumula más cansancio, agotamiento total. Lo único que te impele a seguir caminando es la inercia. Es más fácil seguir poniendo un pie delante de otro que sacar un ápice de fuerza para que el cerebro le ordene a las piernas que paren, que no sigan caminando. Y en esa circunstancia… Llegás a Santiago. ¡Éxito! Que, ojo, el éxito es la claridad mental. Es la claridad que te permite conseguir tu objetivo o que te hace ver que lo mejor es chapar y pasar a otra cosa.
– A las buenas, somos todos buenos, …: Pero a las malas, somos todos malos. Así que, de verdad de la buena, un pacto de socios es fundamental. Es algo así como un acuerdo prematrimonial. Uno cuando se casa no piensa en divorciarse, pero, mirá, si la cosa no va bien, que cada uno siga su camino es lo mejor. Un pacto de socios nos puede evitar muchos dolores de cabeza futuros. Nos ayudará a defendernos de agresiones externas pero también de las internas. Otro must.
– Yo DAFO, tú DAFAS, él DAFEA: Creo que no hace falta explicar qué es una matriz DAFO. Solo decir que será una herramienta espectacular para analizar debilidades, fortalezas, oportunidades y amenazas de tu startup.
– Pon un ambientólogo en tu proyecto: Ay, los ambientólogos, que nos pasamos 4-5 años (o muchos más, si estudiamos en la UNED) aprendiendo de todo pero sin profundizar en nada… ¿Qué nos enseña la carrera, en realidad? A tener una visión global. Somos como el médico generalista, que ve la imagen completa, no como un dermatólogo con profundo conocimiento de su materia, que te arreglará el acné y te joderá el riñón. Los ambientólogos somos multidisciplinares y nos enfrentamos a los proyectos con una visión holística que nos pone en una situación ideal para ver todo el proyecto en conjunto. Si todavía no tenés un ambientólogo en tu proyecto, ya estás tardando.