Tiempo pa tó (o pa ná)

Si me dieran un euro por cada vez que me dicen «chica, ¿tú de dónde sacas tiempo para hacer todo lo que haces? Tus horas tienen más de 24 horas, ¿no?», sería rica ahora mismo (y tendría tiempo para hacer muchas cosas, jajajajaja).

Me hace gracia que me lo digan. Por que no llego ni de coña a hacer todo lo que quisiera hacer. Será que soy muy activa en cosas que dan visibilidad, pero no tanta productividad. Sí que necesitaría que tuvieran más de 24 (y de 48) horas para poder hacerlo todo. Hoy hasta me dijeron que rentabilizo bien el tiempo para hacer todo lo que hago. ¿Qué es todo? Pues el trabajo (que hasta las 18:30 me tiene ocupada en la oficina cada día), la asociación (eso sí que me consume muuuuuuuuucho tiempo), lo de la representación de alumnos, lo de la CECCAA, lo de la Comunidad ISM, lo de los cursos (ahora mismo, dos. El del ISM que está acabando y me encantó, sobre gestión de espacios naturales protegidos, y el de la Fundación Luis Vives, sobre comunicación y gestión de marca), ¡la universidad!, con sus correspondientes libros, trabajos y demás, estar al quite de novedades y cosas que puedan ser de interés para mí o para mis amigos, la asistencia a afterworks como GreenDrinks (hoy no, hoy me lo pierdo), las cosas de la casa (sí, que una es ama de casa también… Y así está la pobre casa, jajajajaja), la gatita, las plantas, la madre, la bici, teatro (estrenamos el 18 de junio y ¡todavía no me sé el texto!)…

Esta enumeración de quehaceres no deja de ser más que eso, una lista. Y a alguno se le ocurrirá aquello «quien mucho abarca»… Y yo también creo que es así. Y sí, puede ser que haga muchas cosas, pero ahora, por ejemplo, leyendo el blog de un tuitero, me encuentro lugares maravillosos, historias fantásticas y fotografías de esas de las que se dicen que son de postal. Y a mí, que casi no me gusta viajar, se me enciende la lamparita: me voy a pegar un viaje.

A ver, este fin de semana no puedo, tengo lo de la constituyente. Vale, al otro. San Isidro. Y una propuesta (no solo lúdica) para el día 14. Venga, ese tampoco, al siguiente. Agujero negro. Agujero de gusano que me deposita en el fin de semana del 10 de junio, porque los exámenes ya están cerca y no puedo escaparme. Tachamos tres fines de semana del tirón. El del 10 de junio tampoco puede ser, porque después de los exámenes me entra un bajón impresionante (¡y más si éstos son los últimos de la carrera!!!!!!!!!!! No lo quiero ni pensar).

Nada…

Estamos ya en el finde del 17-19 de junio. Pero el 18 es la asamblea extraordinaria de AAECAD, por la noche estrenamos la obra y para el 19 estoy (estamos, Lucía, estamos, que tenés que incluir al resto de la gente) organizando una visita a Cuenca para los socios de AAECAD. Y ya me planté en 24-26 de junio… Es ideal. El 23, jueves, es festivo en Madrid. Me cojo el viernes y me voy a dar un voltio por ahí. Ya me apañaré con la gata. Peeeero… Será el último fin de semana que pase mi papá en España. Irme justo entonces, va a estar un poco mal (se aceptan sugerencias para que no esté nada mal y me pueda ir a Asturias a ver a Vetusta Morla con la conciencia tranquila). Y al siguiente ya es julio. Vi un curso de verano en Denia que me gustó, sobre divulgación científica, y lo mismo lo hago. Y es a principios de julio…

Así que, aunque parezca que hago muchas cosas, aunque se perciba así desde fuera, yo siempre me quedo con las ganas de hacer algo más. Y no hablo solo de tomarme unos días de descanso para mí y para mi cabecita (que buena falta le hace, a la pobre), sino tambié ir a eventos como el de mañana a la mañana en el MARM, asistir a Congresos y jornadas, …

Ains, no, no tengo tiempo pa tó, ¡tengo tiempo pa ná!