- una lata de Coca-Cola (¡increíble lo poco que han cambiado!),
- un dólar, un euro (de los antiguos. Que raras se me hacen ahora esas monedas) y ¡una moneda de 25 pesetas! (hace 28 años que ya no circulan, pero, ¡todavía se escucha, de vez en cuando, aquello de «son seis mil pelas»! ¿Necesitaremos otros 30 años más y otro cambio de moneda para que se deje de hablar de pesetas? Jajaja, somos asombrosos),
- un peluche de Bob Esponja (era un personaje de dibujitos bastante popular entonces),
- un móvil «de última generación» (tecnología punta, con realidad aumentada y todo. Eran los comienzos, y no estuvo mal el desarrollo que tuvo el cacharro. Después de todo, es gracias a ello que podemos impartir clases en casi todos los puntos del planeta, evitando que los niños tengan que desplazarse demasiado para poder aprender),
- un folleto de un coche (Nissan Leaf. No lo conocía yo ese coche. Al parecer, era uno eléctrico con una autonomía, atención, de ¡175 km! Los de ahora no tienen tanta, ¿para qué? Desde que se comenzaron a implantar, en 2022, las carreteras solares y los dispositivos para cargarlos con la energía solar, las baterías dejaron de tener tanta importancia, así se redujeron costes, peso y residuos. En algo más de 5 años, casi todo el parque de vehículos de España se reemplazó),
- una muñeca Barbie (el año pasado se cumplieron los 70 años de esta muñeca. Eso sí, las de ahora ya no son de ese plasticorro y salieron nuevos modelos. Ya no se inculca a las niñas el ser súper delgada, rubia y famosa. Por suerte. Las de ahora son de materiales reciclables y parte de la diversión es llevarlas a los puntos de recogida para enviarlas a niños con menos recursos. Algo hemos avanzado),
- un disco extraíble con documentales, series y películas (de Félix Rodríguez de la Fuente, pelis de Disney, ¡hasta algún capítulo de Friends y de Lost! Esos tienen que haber sido los padres, porque yo también lo veía. Había dibujos de Pocoyó, de Bob Esponja, de Pokémon, de Los Simpson… Tenemos ahí para hacer todo un documental sobre la vida de un niño de principios de siglo, ¡puf!),
- una piedra (no sabemos quién pondría una piedra ni la razón… Pero ahí estaba),
- un envoltorio de Chupa-Chups (era una marca de piruletas),
- unas semillas (con los niños las vamos a plantar… ¿Saldrá alguna? Sería lindo, ya les contaré),
- unas gafas, que al parecer eran para ver pelis en 3D en el cine. Al principio no me acordaba, pero creo que sí, que era para eso… Pero hacían doler la cabeza y se veía todo oscuro. Ya no necesitamos de esos artificios para ver las pelis en 3D, ¡si hasta muchas veces se proyectan en ambientes que recrean a los de las películas!,
- un CD con un juego de ordenador (bueno, de videoconsola, de la Wii o algo así. Ya no podemos reproducirlo, así que no sabemos bien como se jugaría. Nuestros niños tenían mucha curiosidad por esto),
- un mapa de la zona de Guadarrama, con los límites del Parque Nacional marcados. Es interesante ver ese plano, ahora el pueblo es más pequeño que el parque. Había también otro mapa, de la Península. ¡La línea de costa sí que cambió! Pensar que hace unos 25 años yo viví en Huelva… Ahora sería imposible vivir en la capital, ¡a menos que tengas unas buenas escafandras! (de acuerdo, lo de las escafandras me quedó un poco de vieja… La edad, que no perdona),
- una entrada usada al zoológico de Madrid. Imagino que los habrían llevado en ese primer año de andadura del colegio. Nuestros alumnos ahora los gorilas los ven en los libros, en sus sueños, en la tele. Lo mismo con los elefantes, los osos polares, los koalas… Por no hablar de las miles de especies de mariposas, escarabajos, ranas, serpientes, tortugas, … Tantos y tantos animales y plantas que ya no están o que están muy cerca de extinguirse. Otros, sin embargo, se recuperaron. Pero sí, la diversidad ya no es lo que era hace unos años, y
- una foto de los chavales de 2010. Eran pocos, porque este colegio comprendió pronto que era mejor tener pocos alumnos y poder dedicarles más atención (lo que es la tendencia ahora, en 2010 era toda una novedad). La foto está sacada en Madrid, con la sierra al fondo. ¡Había nieve! No mucha, pero se veían las cumbres blancas. Me encantaba cuando nevaba… Ahora, para ver nieve, hay que desplazarse bastante, ya no la tenemos tan cerca. Y lo que tampoco tenemos cerca, por suerte, es esa nube horrorosa que cubría Madrid. En la foto se distingue perfectamente la famosa «boina». Aunque, más que una boina, era un sombrero de mariachis, ¡qué cantidad de humo!
Si me hubieran preguntado en 2010 (ó 2011) cómo vería el 2030, no sé qué hubiera puesto. Yo me imaginaba un futuro mucho más negro (gente yendo con mascarillas por la calle, catástrofes naturales todos los días, hambre, desigualdades) y aunque aún nos quede mucho camino por recorrer, creo que las bases están bien asentadas.
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II Semana de la Sostenibilidad, Eje #SOStener: «¿Cómo ves la vida dentro de 20 años?«.
Edito este post el 21/02/2011 para incluir otros relatos que fueron apareciendo:
20 años no es nada. Francisco Romero.
12 marzo 2031. Publicado por Kaede.
Echando la vista atrás. Santiago Molina (mi muy estimado @molcru).
Dos mujeres hablando. Mónica López (mi mamá, vamos).
Que 20 años no es nada….. De Txema (por cierto, el resto de blog es igual de bueno que la entrada al concurso).
Sé que hay más, pero no los encuentro. Si saben de alguno, déjenlo como comentario y lo agrego.