¡Hoy es Nochebuena! Mi mamá está viendo en el salón el concierto del Palacio Real, por la calle ya suenan los primeros petardos (jajajaajajaja, me acuerdo cuando vivíamos en Temperley, que el loco de mi tío apuntaba al edificio de enfrente con las cañitas voladoras apoyadas sobre la reja de casa, intentando colarla por la ventana de mis vecinos… Mi tío Carlos estaba mal de la cabeza) y yo estoy en mi habitación, con la gata encima, Stancito en la cama y un te al costado (mío, no de Stan). O sea, ideal.
Podría soltar las cursiladas típicas de esta época (que comparto al 100%, ojo!), intentar decir algo ingenioso o provocar alguna sonrisa, pero, en vez de eso, voy a limitarme al simple y socorrido «Feliz Navidad»; el resto, nos lo vamos diciendo día a día, ¿no?
¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!